Es la esencia de Su naturaleza, es Su majestad, la grandeza de Su esplendor, es Su perfección, Su carácter, Su perfume, Su reinado, es Su fama, Su magnificencia.

En pocas palabras, Gloria es la luz de lo que Dios es. Y es lo que tenemos dentro de nuestro Espíritu, la Vida de Cristo en nosotros, que es lo único que glorifica al Padre. (Juan 13:31, Hebreos 1:13)

En Habacuc 2:14 nos dice que Dios quiere llenar la tierra con el conocimiento de Su gloria; y lo hará a través de nosotros, Su cuerpo, la iglesia. El quiere expresar Su vida en donde quiera que estemos. Juan 8:12 dice: “Yo Soy la Luz del mundo”. Entonces, como Él está en nosotros, también somos Luz en este mundo. (Mateo 5:14). ¿Qué hace la luz? Al dejar que Cristo brille a través de nosotros, esa Luz muestra la Verdad, muestra la mentira, expone la maldad, quita las tinieblas.

Que nuestras vidas proclamen lo grande y maravilloso que Él ha hecho en nosotros. Que todo lo que Él es, fluya a través de nosotros. Si vivimos conforme a Su Espíritu, permaneciendo y dependiendo de Dios, reflejaremos Su belleza, la expresión de Su corazón. Pero si vivimos conforme a la carne, no habrá armonía sino sólo ruido.

Lo que glorifica a Dios, no es sólo lo que vivimos personalmente, sino como iglesia, Su cuerpo, siendo una orquesta completa, guiados y rendidos a nuestro Único Director, donde hay verdadera unidad y armonía. Que nuestro clamor siempre sea: