“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.” (Salmo 139:15)
Meses atrás un amigo dio inició a su pequeño proyecto de elaborar billeteras, monederos y otros accesorios, 100% hechas a mano. Al ver su trabajo me animé a comprar uno de sus productos. Cuando lo recibí pude apreciar el esmero y cuidado con que hizo mi billetera. Independientemente del precio que pagué, el hecho de saber que se había tomado el tiempo para hacerla con sus propias manos tocó profundamente mi corazón. Quizá suene exagerado, pero no lo es cuando Dios algo quiere decir, pues esto me llevó a pensar en Él como el artesano de lo que somos. ¿Puedes imaginar a Dios tomándose su tiempo para formar cada parte de ti? “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:10)
El enemigo busca destruir lo que Dios ha hecho en ti, pero la obra redentora y transformadora de la cruz se mantiene en acción recordándote que Él es tu Padre Eterno y tú su hijo amado. “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron (En Adán); he aquí todas son hechas nuevas.”
(2 Corintios 5:17)
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