El plan de Dios es crear una multitud de hijos e hijas dentro de los cuales Él habite, a través de quienes viva y se manifieste, dentro y a través de quienes Cristo reine soberano. Somos los beneficiarios de ese plan.
Dios tiene este plan concebido desde antes que empezara el tiempo. Pablo revela ese plan de una manera clara en el primer capítulo de Efesios.
Dios en su amor y gracia nos ha hecho partícipes de ese plan, pero no somos el centro, el centro es Cristo. Somos partícipes de lo que Dios estima, alimenta y ama como un esposo a su esposa (Efesios 5:25-32)
El Padre desea que seamos “llenos de la plenitud de Dios” para alabanza de su gloria. Ese es el tema de este libro escrito por Dan Stone y David Gregory.